







El sábado 5 de diciembre, desde las 18.30, los esperamos en Berutti al 600 (Barrio Judiciales) para una nueva edición de ¡HAY FIESTA EN EL BARRIO! Esta vez (la cuarta), será en la canchita de fútbol frente a la nueva sede de Manzanas Solidarias.
La llamada estará a cargo de la Murga de la Playa y actuará el conjunto chamamecero PAMPA LUNA, que ya amenizara con mucho éxito la primera fiesta.
Habrá pororó y jugo para todos los chicos presentes.
Agradecemos la colaboración del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia y a la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Santa Fe.
CARTA ABIERTA
SEÑOR MACRI: Para solucionar el tema de los indigentes y de los vendedores callejeros ¿No se le ocurre otra cosa que golpearlos, lastimarlos, amenazarlos y, además, tirarles sus pertenencias a un camión de PANIZZA SA que pertenece a una recolectora de basura? ¿Esa empresa colectora, colabora gratis en el secuestro y robo de los indigentes o está comprendida su tarea en el rubro BASURA?
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Sus llamados a la “mano dura” y el reclamo excluyente de soluciones represivas no parece ser el camino adecuado. El “ojo por ojo y el diente por diente”, que inducen los textos bíblicos, son propios de épocas cuando imperaba la ley del más fuerte y lo visceral era más potente que lo racional. A esta altura de la evolución de la humanidad no debería recurrirse a semejantes metodologías, porque la sociedad cuenta con recursos, especialistas y profesionales capacitados para hacer un diagnóstico adecuado, generar un intenso debate y determinar las estrategias más convenientes para recuperar estándares de vida dignos. Entonces si esas posibilidades existen, ¿por qué reducir las soluciones al típico reclamo de una sociedad primitiva que lejos de permitir entender y resolver la cuestión nos lleva inevitablemente a un mayor embrutecimiento colectivo?
(...)
Propuestas
Estas propuestas, que a continuación se detallan, pueden ser más conducentes que el simple reclamo de una mayor represión para resolver el tema de la inseguridad.
1. Es evidente que el problema es complejo y ante cuestiones de esta índole no hay nada mejor que abrir el juego, desarrollar un profundo debate con la mayor participación y libertad posible. Con la incidencia que ostentan en los medios de comunicación, sería sencillo para ustedes promover la creación de espacios en los principales canales de televisión en los que participen académicos, especialistas, representantes sociales y políticos, sin restricciones de tandas publicitarias y grillas de programación, para abordar lo más seriamente posible esta problemática, debatiéndola e intentando concluir en una estrategia adecuada para resolverla. Así será posible esclarecer sobre sí los recursos del estado están bien utilizados o no, cómo contener y brindarles una oportunidad de futuro a los niños y jóvenes desamparados, si la forma de mejorar la seguridad pasa o no por la participación más activa de la ciudadanía en el control y la designación de las autoridades policiales y de seguridad, sobre el tratamiento informativo más adecuado para abordar este tipo de información por parte de los medios de comunicación con el fin de aportar desapasionadamente al esclarecimiento de la ciudadanía, entre otras cuestiones.
2. Creación de un fondo solidario con el fin de solventar una política de amparo social que promueva la cultura del trabajo. Un llamamiento efectuado por ustedes sería enormemente exitoso. Con vuestra iniciativa y el efecto de emulación que ejercería su propia contribución, podría canalizarse el aporte de gran parte de la sociedad, principalmente el de los ricos y famosos, brindándole así la oportunidad de retribuir a la comunidad todo lo que han recibido de ella. De esta manera, podrían solventarse innumerables mecanismos de contención social determinados por las conclusiones que surjan del debate propuesto en el punto anterior.
Estas propuestas se encuentran a vuestro alcance y serían una contribución notable a resolver la problemática que aqueja a la sociedad. Frente a una situación límite como la presente, una acción es mucho más efectiva que cientos de discursos. La promoción de estos pasos haría que el reconocimiento social que poseen se incremente notablemente, pero lo más importante encontrarán la enorme satisfacción de haber contribuido al logro de una sociedad mejor.
Afectuosamente.
Bernardo Veksler
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Con la participación de Lucy Ghiberto, otra profe de Manzanas que entre otras cosas colabora con los talleres de música, tocaron "La candonga", un tema popular de la costa pacífica colombiana.
Y al terminar el concierto... ¡¡gran "final de fiesta" en el hall del museo!!
La historia se repite: terrenos bajos, desvalorizados, “invisibiles” durante mucho tiempo, son ocupados por familias corridas por la miseria y falta de trabajo de zonas como el Chaco, Alejandra, San Javier. Construyen sus ranchitos y sobreviven con changas y cirujeo. Los más antiguos llegaron hace más de 30 años y a través del tiempo invirtieron en mejoras: algunas paredes de ladrillos, algunas aberturas y hasta jardincito y planteras tienen… Los más recientes denotan mayor precariedad y pobreza.
Pero llega un día en que se hacen “visibles”: es que avanzan las construcciones de clase media y alta, se valorizan los terrenos y esos barrios de pobres, livianamente son considerados “asentamientos ilegales” y desde esa concepción lo que corresponde es “erradicarlos” o en el mejor de los casos “reubicarlos”... pero jamás integrarlos, jamás mejorar sus condiciones de vida... Correr las fronteras, siempre a costas de los más humildes, de eso se trata en todas las gestiones, sea cual fuere el partido que gobierne.
Leer la nota publicada en El Litoral del 16-10-09 (La foto aquí publicada, tomada de El Litoral, pertenece a Néstor Gallegos. Un detalle: al guardar la imagen en nuestro PC notamos que su nombre es 19249_barrio_usurpa. Ni los nombres con que se guardan las imágenes en algunos medios son imparciales.)
Y aquí no podemos dejar de señalar a los defensores de la naturaleza a ultranza. He leído hace poco el informe “Proyecto Verde 2009”, justo para el Día del Arbol, redactado por la Sociedad Alihuen, de Santa Rosa, La Pampa. Alihuen es una palabra mapuche que significa “Arbol en pie”. El nombre lo dice todo y habla ya, desde el título, de una tradición de los pueblos originarios que hay que defender: el cuidado de la naturaleza y uno de sus principales soportes, el árbol. Recuerdo que, siendo niño, presencié en Tucumán una ceremonia donde, justo, la gente originaria de esas latitudes realizaba una ceremonia en la cual acariciaban a los árboles, a sus hojas y sus troncos. Y luego recordaban el despojo de sus tierras que sufrieron los indios quilmes, desalojados por los conquistadores españoles y trasladados a lo que hoy es el Quilmes bonaerense. Me impresionó el texto del “Proyecto Verde 2009”, que partió con una encuesta de barrio por barrio en la capital pampeana con preguntas a todos los habitantes acerca de los espacios verdes, para que se interesen sobre los árboles de sus veredas, de sus rutas, como un problema sustancial de vida. Enseñar ese deber ciudadano. Y proponer soluciones para luego llevarlas a cabo, empujar a sus representantes a mirar lo verde para que no se vuelva todo amarillo. Que el ciudadano protagonice la defensa de la naturaleza y no que todo quede en manos de quienes, desde el dinero, permiten una explotación minera perniciosa y fatal para el futuro. Eso es sentirse protagonista, es ser verdaderamente democrático y no conformarse sólo con poner un papelito con nombres en una urna cuando lo convocan a votar candidatos. Y hermoso el nombre de Alihuen, justo un concepto usado por los pueblos nativos. Por eso también me pareció un paso adelante lo que ha llevado a cabo la Universidad Nacional de Rosario: la creación de una cátedra llamada “Pueblos originarios”, para aprender de su cultura, profundizarla, revisar la historia y sus principios de “progreso”. El debate. La inclusión de todo lo bueno que pueda significar verdadero progreso. Que no puede significar otra cosa que defensa de la vida.
Por eso me gustó el coraje civil de los miembros del Concejo Deliberante de Salto, que resolvieron terminar con el nombre de una calle dedicada al genocida coronel Rauch, contratado por Rivadavia para exterminar a los ranqueles, habitantes de las pampas bonaerenses que –según Mansilla– “eran más buenos con sus mujeres que nosotros, los de origen europeo”. Rauch, el europeo mercenario, ganó dinero por matar. Aquí en la Capital, la diagonal entre Corrientes y Riobamba que llevaba ese nombre pasó a tener el digno y popular nombre de Discépolo, el poeta del pueblo. Pero muy pronto, los correveidiles del poder de turno le pusieron el nombre del asesino Rauch a una calle allí nomás, entre Salguero y Medrano. Pero ciudadanos conscientes me han comunicado que siguen la lucha, a pesar de Macri.
También en el arte vemos que la gente generosa no se rinde: hemos podido ver que en el Bauen, ese antiguo hotel de lujo convertido en un lugar del pueblo por los trabajadores del mismo, se exhibe en su sala teatral una versión ejemplar del Sacco y Vanzetti. Con actores y actrices platenses que enaltecen con su capacidad esa tragedia de los trabajadores italianos condenados a la silla eléctrica por el poder omnímodo del sistema de Washington, sólo por ser luchadores del pueblo. Cuarenta años después de ese asesinato “legal”, la Justicia norteamericana pedía disculpas al mundo por haberse “equivocado”. El cinismo a veces no tiene límites. Sí, y todo en nombre de la “democracia”. O por ejemplo, otra obra teatral, las Memorias del agua, de Jorge Gómez, donde justamente se trata con soberana ironía el sistema que destruye la vida al convertir los torrentes de agua del mundo natural en gotitas tratadas con instrumentos y la lucha del hombre para detener la destrucción de la naturaleza que ese sistema realiza sin escrúpulos. Una obra penetrante, terrible, que refleja el sistema egoísta que nos está destruyendo. Y desde allí, al teatro Cervantes, donde esa increíble Cecilia Rosetto nos pasea por la canción, el amor, el canto a los sentimientos de la hermosa humildad de los paisajes latinoamericanos y nos devuelve a la infancia con el color de las melodías de aquellos barrios porteños. El arte que defiende los verdaderos valores que un sistema y la cobardía del poder que domina al mundo trata de quitarnos allí donde la palabra “ganancia” y “réditos” atropella diariamente lo que tiene que ser la esencia del ser humano: la paz, la mano abierta, la sonrisa eterna de nuestros niños. Por eso, lo repetiremos por enésima vez: no hay verdadera democracia donde hay niños con hambre, no hay verdadera democracia donde hay villas miseria, no hay verdadera democracia donde hay desocupados.
La nueva casa es un "chalecito" en el barrio Judiciales. A través de este blog y el de los Chicos de Playa Norte les iremos contando las nuevas experiencias.
Hace unos años, solicitando una subvención de un organismo internacional, presentamos un proyecto al que llamamos "Lo esencial y lo invisible", juego de palabras que intentaba resumir la finalidad de nuestro trabajo: ocuparnos de lo esencial, que en la pobreza es bien visible para quien tiene ojos para ver, pero también de lo invisible: todo aquello que un sistema excluyente hunde en la anomia.
No obtuvimos aquella subvención, pero la frase pasó a ser casi un slogan de Manzanas Solidarias. En este video es Alberto Morlacchetti quien, con la ayuda de la tocante música de Santaolalla, hace referencia a El Principito, hablando de niños y de pobreza en Concordia... "casas más, casas menos, igualito a..." Playa Norte...
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Por pura coincidencia pero casi apuntalando nuestras razones en las discusiones que hemos tenido en estos últimos días a raíz de las actitudes de algunos vecinos de nuestra Huerta y de los "intereses contrapuestos" que hicieron fracasar el préstamo de la casa, El Litoral (http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/08/30/politica/POLI-01.html) * publicó la siguiente entrevista de Germán de los Santos a Bernardo Kliksberg. En especial lo que evidenciamos en rojo, podría haber sido escrito por cualquiera de nosotros:
“La lucha contra la pobreza debe estar en los presupuestos”
Su currículum vitae es tan extenso como sus respuestas, que fundamenta con datos y cifras estadísticas, y sobre todo con conceptos que no dejan espacio para las dudas. El economista es el principal asesor de la Organización de Naciones Unidas para América latina. Bernardo Kliksberg viajó a Rosario para participar del lanzamiento del Programa de Formación en Excelencia Gerencial Premio Amartya Sen “100 jóvenes por la Ética para el Desarrollo”, y mantuvo una entrevista con El Litoral.
—Usted ha manifestado que la lucha contra la pobreza va a llevar mucho tiempo, pero cuanto antes se empiece mejor. ¿Considera que esta pelea comenzó a librarse en la Argentina? ¿Cree que se rompió con la tendencia de concentración de la riqueza que imperó en los años ‘90?
—En esa década en la Argentina se hizo todo lo posible para que aumentara significativamente la pobreza. Y se logró este objetivo. En el año 2002, los efectos finales de las políticas neoliberales llevaron a que el 58 por ciento de la población estuviera debajo de la línea de pobreza. A principios de los ‘60, antes de la sucesión de dictaduras militares, el país tenía menos de un 10 por ciento. Nadie recuerda a ese país, que poseía una inmensa clase media. No era un paraíso pero la posibilidad de pertenecer a una clase media estaba al alcance de la mano de cualquier argentino. Después, llegó Menem y logró multiplicar la cantidad de pobres. Desde entonces, se han hecho esfuerzos importantes para mejorar la situación, pero no hay relación entre el potencial del país y el inmenso nivel de pobreza que existen actualmente. Argentina produce cada año alimentos para 300 millones de personas. Y una nación como la Argentina no puede tener cifras de desnutrición infantil como tiene actualmente. Hay políticas que son serias en el país, como la nueva ley de educación que elaboró Daniel Filmus, que obliga al gobierno nacional a aumentar el gasto en educación de forma gradual hasta llegar al 6 por ciento del producto bruto en el 2010. Sin embargo, la discusión y el abordaje de la pobreza está incompleto, porque faltan discutir los mitos de la pobreza.
—¿Cuáles son los mitos que ha identificado?
—El primero es aquel que se abrió en la década del ‘90, y que se sustenta en lo que se denominó como efecto derrame. Se cree que sólo con el crecimiento económico se puede solucionar la pobreza. Ese mito cayó y fue un fracaso en todos lados. Pero no desapareció de la estructura cultural de razonamiento de las clases medias y altas en la Argentina. Siguen razonando que la pobreza es un subproducto del crecimiento. Otro mito que hay que derrumbar es que la pobreza debe ser un tema de agenda. Los políticos dicen “hoy nos vamos a ocupar de la pobreza”. No debe ser un tema coyuntural. La pobreza mata, y no es postergable. En la Argentina mueren, según datos de Unicef, ocho niños por día. El tercer mito es que la pobreza es una cuestión de ingresos. La sociedad argentina discute en base a una línea de números. Es mucho más complejo el tema. Las encuestas mundiales advierten que lo que más se quejan los pobres es del desprecio de la mirada de parte de las clases medias y altas. Los miran como si fueran subpersonas. O como si no existieran. Un cuarto mito es que bajo formas sutiles o explícitas hay que echarle la culpa a los propios pobres por la pobreza. “Los pobres no quieren trabajar”. Esto es una excusa para no ver el problema. En América Latina, hay actualmente 190 millones de pobres. Pensar que esa cantidad de gente no quiere trabajar es miserable. El último mito es que la pobreza es una maldición ancestral. No es culpa de nadie. Menem decía: “Pobres hubo siempre y hay en todos lados”. Era un gran mentiroso con mucha capacidad de comunicación. Pobres no hubo siempre. En la Argentina de los años ‘60 hubo menos de un 10 por ciento de pobres.
—La palabra pobreza ahora está integrada en los discursos políticos. ¿No considera que hay un uso demagógico del término?
—El hecho de que la palabra esté en el discurso es un avance con respecto a la década del ‘90, cuando estaba casi proscripta. Ahora, el término está en los discursos. Es un avance; no una concesión. Y se produce por la presión social que existe en la población. Es decir, la gente exige que los gobiernos se ocupen del tema. Y el discurso político se ha adaptado a esa presión. Pero de ahí de poner esto como prioridad en los presupuestos de los gobiernos hay un largo trecho.
Advertencia sobre un error
—La lucha contra la pobreza no tiene el consenso en la sociedad como otros problemas, como por ejemplo, la inseguridad. Y ambas están relacionadas. ¿Por qué la demanda por más seguridad deja afuera la pobreza?
—La sociedad actual corre el riesgo de ser inducida a un error monstruoso. Tiene todo el derecho a reclamar seguridad porque el delito ha crecido. Pero el análisis que se hace del tema es grosero. Porque no se diferencian los distintos tipos de delincuencia, como el crimen organizado y el delito joven. El primero es necesario combatirlo con todos los instrumentos legales a fondo. Pero el otro, el juvenil es distinto. No se puede combatir la delictualidad joven sin identificar estas razones, que son la desocupación juvenil, educación y familia. La Argentina tiene el 25 por ciento de desocupación juvenil. Uno de cada cuatro jóvenes no tiene ninguna oportunidad laboral. Si hubiera políticas enérgicas de inclusión laboral juvenil se bajaría la delincuencia muy rápidamente. Con respecto al nivel de educación, es claro. Cuanto mayor es la cobertura y la extensión de la escolaridad baja el nivel de delitos entre los jóvenes. En la Argentina, sólo uno de cada dos jóvenes termina la secundaria. De todos los presos que están en las cárceles, sólo el 5 por ciento logró terminar la escuela secundaria. En relación con la familia, se considera que es la mayor unidad preventora del delito. Las familias pobres se destruyen con mucha frecuencia porque la pobreza barre con todo. Entonces, si se quiere reducir la delictualidad joven hay que generar trabajo para jóvenes en riesgo, aumentar los niveles de educación y proteger la familia.
—La idea de mano dura ha ganado mucho terreno.
—La oferta clientelar y demagógica de la mano dura que aparece con mucha frecuencia en la sociedad argentina surge porque promete a la población que va a solucionar su miedo y su inseguridad rápidamente. Lo que va a hacer es que el problema sea mucho más grave. Esto es antiético y riesgoso para la sociedad. No da ninguna solución. Las cifras de delictualidad donde se aplicó la mano dura han seguido subiendo en diferentes partes del mundo. No se ha apuntado a las causas. Y se destruyen vidas. Estados Unidos ha reemplazado las cárceles por los programas de rehabilitación de drogas. Las cárceles ocasionan un nivel de gastos muy grande y no dan resultado. La Argentina está discutiendo el tema de la inseguridad de manera superficial y peligrosamente. Es uno de los argumentos del neoliberalismo. Para verlo, en términos más generales, se podría agregar que como el concepto económico neoliberal dogmático se derrumbó en Wall Street, se refugiaron en la mano dura, que es lo que queda.
* La nota original contiene errores de repetición e interrupciones de algunos párrafos, que aquí hemos tratado de corregir.
Por todo lo anterior, cuesta comprender cómo puede haber vecinos de clase media/alta, que han tenido todas las oportunidades en su vida, que hablan del amor al prójimo pero no logran ver al prójimo fuera de las iglesias, y acusan a estos chicos, a "los Chicos de la Huerta", de ser quienes roban en el barrio, de ser terribles personitas que tiran la comida que se les da, que tiran piedras, que ensucian… Y los denuncian y gestionan su expulsión del "vecindario". Cuesta creerlo pero personas así existen, y lo más indigno es que son los mismos que tiran adentro de la Huerta o en la vereda sus desperdicios, puchos, latitas, ramas que sacan de sus jardines.
«LA LUCHA POR EL DERECHO A LA RADICACIÓN DESDE LOS
PROCESOS DE PRODUCCIÓN SOCIAL DEL HÁBITAT»
Anteproyecto de urbanización de los barrios
Playa Norte, Bajo Judiciales y Gral. Paz (frente al GADA)
(descargar PDF)
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PROPUESTA DE ORDENANZA MUNICIPAL
La misma contempla, entre otras cosas, la expropiación, regularización dominial y urbanización de los terrenos donde surgen los barrios Playa Norte, Bajo Judiciales y Gral. Paz (frente al GADA), así como la creación de una Mesa de Diálogo permanente integrada por representantes de las autoridades municipales, de los vecinos y de organizaciones sociales y de salud pública.
Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.
Eduardo Galeano