La historia se repite: terrenos bajos, desvalorizados, “invisibiles” durante mucho tiempo, son ocupados por familias corridas por la miseria y falta de trabajo de zonas como el Chaco, Alejandra, San Javier. Construyen sus ranchitos y sobreviven con changas y cirujeo. Los más antiguos llegaron hace más de 30 años y a través del tiempo invirtieron en mejoras: algunas paredes de ladrillos, algunas aberturas y hasta jardincito y planteras tienen… Los más recientes denotan mayor precariedad y pobreza.
Pero llega un día en que se hacen “visibles”: es que avanzan las construcciones de clase media y alta, se valorizan los terrenos y esos barrios de pobres, livianamente son considerados “asentamientos ilegales” y desde esa concepción lo que corresponde es “erradicarlos” o en el mejor de los casos “reubicarlos”... pero jamás integrarlos, jamás mejorar sus condiciones de vida... Correr las fronteras, siempre a costas de los más humildes, de eso se trata en todas las gestiones, sea cual fuere el partido que gobierne.
Leer la nota publicada en El Litoral del 16-10-09 (La foto aquí publicada, tomada de El Litoral, pertenece a Néstor Gallegos. Un detalle: al guardar la imagen en nuestro PC notamos que su nombre es 19249_barrio_usurpa. Ni los nombres con que se guardan las imágenes en algunos medios son imparciales.)
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