lunes, 3 de diciembre de 2007

El corazón late donde los pies se embarran


Hace pocos meses, la sociedad santafesina entera se conmovía por la noticia de que un chico de 13 años había baleado con una escopeta a otros dos chicos vecinos: una nena de 10 y un varón de 12. Pudieron haber muerto los dos. La nena estuvo internada varios días con su pierna malherida y luego se rehabilitó en una silla de ruedas... El varón tuvo más suerte y sus heridas no fueron tan serias... Sólo suerte... la perdigonada fue a las piernas y no a órganos vitales.

Los medios de comunicación pasaron la noticia repetidas veces, cada media hora en las radios y en los noticieros de TV, además de alguna nota en el mismo lugar de los hechos. Pero fue un caso más para todos... Para el estado también, un expediente más.

Sin embargo debemos saber que el chico que tiró es un enfermo adicto a pegamentos y otras yerbas, forma parte de una familia donde la exclusión se muestra con toda crudeza y crueldad... varios hermanit@s, ninguno de ell@s va a la escuela... Casi no han ido en su vida... el papá alcohólico, sin trabajo... pobreza... violencia ... exclusión total...

¿Cómo siguió todo? ¿Alguien se preocupó en seguir el caso?
La policía lo detuvo a W. y le pegó fuerte y mucho. Pasó unos días en algún lugar para los “menores en conflicto con la ley” y después, habiéndose cumplido, tal vez, los trámites burocráticos de rutina, W. vuelve al barrio... otra vez a su triste y peligrosa cotidianeidad.

Es una situación como tantas en los barrios pobres, donde el estado ausente, se transforma en homicida.

SON NECESARIAS convicciones profundas en los responsables gubernamentales que pongan en marcha políticas comprometidas con la gravedad de la situación: equipos interdisciplinarios que salgan de las oficinas y hagan sus trabajos en los mismos barrios, donde los “horarios de la administración pública” dejen de ser pretexto para la inoperancia ... Pisar el terreno... donde un expediente refleje la carita del niño, donde nombres con DNI aparezcan gritando su duro existir ... Dijo Freire “la cabeza piensa donde los pies pisan”, y yo agrego: el corazón late donde los pies se embarran.

SON NECESARIOS , en cada barrio pobre, sitios donde se brinde capacitación y recreación, lugares alternativos a las escuelas, cuando muchos chicos también han quedado excluidos de ellas.

SON NECESARIAS plazas y canchas, paseos, poder asistir a espectáculos, para enumerar las más simples de concretar

SIMPLEMENTE ES NECESARIO hacer ciertas las declaraciones de los Derechos del Niño/a y de los Adolescentes, tan proclamados , declamados y normatizados con leyes universales.

Liliana Berraz