lunes, 7 de mayo de 2007

PARA QUE NAZCA EL HOMBRE NUEVO

Editorial de “Planeta Radio”, LT10 Radio Universidad
Sábado 5 de mayo de 2007.

por Pipo Sánchez

Playa Norte es un lugar de Santa Fe, Argentina. Un lugar habitado por gente humilde que desde años fue construyendo sus viviendas con lo que tiene a su alcance. Muchos pibes, muchos rostros que grafican una de las postales que mejor definen a este modelo de exclusión: carros y chiqueros por aquí, lujosos chalets por allá. Y esto molesta y esto genera reacción, justificada de diversas maneras pero basada fundamentalmente en intereses económicos de los de siempre y discriminaciones disfrazadas de moral y de ética de los fariseos de nuestros días.

Playa Norte, Santa Fe, Argentina, 2001: un grupo de vecinos que son tocados por la gran crisis económica que soportara nuestro país, decide solidarizarse con las familias más pobres de la zona. Una manzana se ocupa de una familia: nacen las Manzanas Solidarias del barrio de Guadalupe. La tarea trascendía los límites del asistencialismo; había que construir vínculos, había que acercarse, trabajar juntos. Y lo lograron.

El 2001 pasó, pero la gente, la necesidad y las Manzanas Solidarias siguen estando a pesar de los atentados cobardes que recibieron en su primer sede de barrio Guadalupe, cuando las paredes del local aparecieron escritas con leyendas como “Dejen de cuidar negros en nuestro barrio”.

Y claro… los testigos indeseados de la desigualdad molestan.

Pero siguieron trabajando. Un buen vecino les facilitó otra sede en Playa Norte, en el mismo lugar de pobreza. Y allí, hace unos días les robaron. Les robaron seis CPU, tres monitores, dos impresoras, un scanner, estabilizadores, parlantes…
Esto sería una noticia interesante para otros medios u otros programas, pero para nosotros no. Porque lo luminoso de esta historia que te estoy contando es que la gente del barrio salió y recuperó todo. Un barrio movilizado, gente llorando, chicos tristes pero diciendo “nos han robado”, o sea en primera persona. No le robaron a las Manzanas Solidarias: le robaron al barrio. Y por eso el barrio salió, buscó y encontró.

Indudablemente esto habla de una tarea de educación, de concientización, que partió de la necesidad, pero que se fue construyendo en el día a día, en la cancha cotidiana, fuera de los escenarios que a veces se montan frente al poder y de espaldas a la gente y a su dolor.


Esto habla de esa tarea que llevó adelante Osvaldo Catena, del cual hoy vamos a estar hablando. Habla de la necesidad de construir juntos estrategias que partan desde abajo, desde el pie. Para que alguna vez nazca ese “hombre nuevo” del que hablaba Ernesto Guevara y sin el cual, para él al menos, no había posibilidad de cambios. Esos cambios tan urgentes que necesita nuestro país para que, por ejemplo, los pibes no tengan que organizar una marcha gritando “el hambre es un crimen”.

Allí en Playa Norte, los vecinos enseñaron a muchos, que los cambios son posibles cuando los pensamos entre todos y para todos.