lunes, 10 de diciembre de 2007

Niños, libros y lecturas

Las novelas decimonónicas sobre el Imperio Romano se esfuerzan en reconstruir la época de los Césares y apenas consiguen revelar las preferencias y gustos del siglo XIX. Sucede que los cónsules, los senadores y los emperadores no pueden disimular el acento de las tertulias parisinas, por mucho que se esfuerce el escritor. Esto no debe apuntarse como un reproche sino más bien como una fatalidad que conviene saber antes de la lectura.

Algo parecido sucede con los libros para chicos. Escritos desde un mundo diferente, suelen referir historias que suenan falsas, protagonizadas por seres lejanos e incomprensibles. Ante su propia creación, los autores suelen afectar una especiie de perpleja benevolencia, la misma que se usa en la descripción de las costumbres de los salvajes.

Alguien podrá decir que lo más conveniente es que los romanos escriban sobre el imperio, y los niños sobre la infancia. Objeción: los romanos no escriben ya y los niños no lo hacen todavía. De unos y otros nos separa el tiempo.

Puede aducirse que mientras ningún escritor actual ha sido ciudadano del Imperio, casi todos han sido niños. Sin embargo, un complicado abismo de olvidos y falsos recuerdos parece alejarnos de nuestras emociones infantiles. Los literatos que se fingen chicos no consiguen engañar a nadie.

A decir verdad, no es posible ni siquiera saber con certeza si los niños disfrutan de los libros que se les preparan.

Con mucha cautela, me atrevería a apostar que no. Evocaciones que acaso invento ahora me remiten a las historias de terror, las investigaciones de Mister Reeder, el Padre Brown y el poema A Margarita Debayle , creaciones todas que poco tienen de infantiles.

Me parece también recordar que a mis cuatro o cinco años escuchaba con mas placer La Copa del Olvido o Mi Noche Triste , que las cargosas pamplinas sobre faroleras tropezadas.

(...)

de "Crónicas del Angel Gris", por Alejandro Dolina.

1 comentario:

  1. Interesante texto de dolina , en especial en lo que alude a "lo que se piensa puede ser para niños.... " y no siempre es aquello que ellos hubieran elegido.Al respecto, la experiencia que vamos viendo M. Cecilia y yo ( alic) en el Taller de Cuentos es que ante la posibilidad de elegir, volver a leer, jugar y recorrer textos diversos, los niños iluminan su mirada, luego su rostro y luego sus ganas... Ojalá podamos reflejarlo en imágenes.
    A veces van tres, otras ocho, pero las respuestas y las reacciones son esas, a veces ... en los de seis y mas aun en las niñas de 12, 13... realmente aun frente a los libros de brujas, hadas , de cotidianeidades o ficciones.
    No sé si " se choca" con lo de Dolina o sirve para "dialogar" con lo que plantea.
    Abrazos e invitacion para los lunes de este año y el próximo a seguir transitando cuentos....

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