sábado, 15 de septiembre de 2007

La bronca que se haga ritmo

Hay maneras y maneras de percibir, desde un barrio residencial, al inevitable (¿inevitable?) cinturón de pobreza que lo va rodeando. Esta poesía nos fue enviada por un vecino de Guadalupe que conoce nuestro trabajo y conoce sobre todo a nuestros murgueritos, por haberse acercado en más de una ocasión a expresar su solidaridad y apoyo. Nos emocionó y quisimos compartir con todos lo que es capaz de recepcionar un corazón sensible y comprometido.
los changuitos del barrio mío
futuro que va creciendo
como el sol cuando amanece
en el cielo que se rompe
ay murga de Playa Norte
queremos que fuerte toques
las penas que en el pecho
retumban como un galope

angustias que se reflejan
en tus negros ojos saltones
pesares que te impusieron
y el que manda no conoce
pobreza que no te dobla
aunque rompa tus pantalones
corazón que siempre abriste
a una caricia que te roce

los profes soñando soles
como el Pocho rosarino
no aflojen cuando un vecino
por su laburo se enoje
diciendo que andan cuidando
a aquellos del mal camino
al que nunca tuvo hambre
no hay lluvia que lo moje

la murga del barrio mío
redoblar de corazones
sonrisas de caras sucias
que van buscando un horizonte
un cambio que los aleje
de tantos sin razones
cantar viviendo libres
como los pájaros del monte

los que creen saberlo todo
hablando de erradicar
el domingo yendo a misa
arrodillados frente al altar
una lista larga de pedidos
y no pudiendo escuchar
lo que siempre Dios nos pide
al más débil ayudar

abriles que van pasando
sin conocer soluciones
vidas que se apagan
sin vivir más que pesares
promesas del que gobierna
un monto de desilusiones
el cielo te habrá esperado
con sus perfumes de azares

fuerza changos nuestros
que revienten los tambores
la bronca que se haga ritmo
a sacudir los dolores
combatimos la injusticia
ni nos rozan los rencores
en el alma criamos sueños
y pájaros de colores