viernes, 20 de julio de 2007

¿Habrá mendigos en el Shopping de los Niños?

Shopping de los Niños

Carlos Wysokikamien (director del emprendimiento), Marta Penadés (responsable de marketing), Andrewina McCubbin (directora general de Coca Cola Uruguay) y Juan Carlos López Mena (presidente de Buquebus), han saludado con entusiasmo la iniciación de las obras del Shopping de los Niños, en la ciudad de Montevideo.


“Con 3.000 metros cuadrados proyectados -se lee en una nota promocional- el Shopping de los Niños es una iniciativa pionera en Sudamérica...”

“Será un territorio en el que nuestros infantes -se lee en otra nota- aprenderán a ser adultos, a interrelacionarse con sus semejantes, a ser ciudadanos, en suma. (...) Allí los menores podrán jugar a trabajar, comprar o vender, aprender cómo funciona una fábrica de pastas, sacar la licencia de conducir, hacerse un chequeo médico, desentrañar los inquietantes misterios de una máquina que escupe botellas de refrescos y utilizar su propio dinero virtual o real...”

Sin ánimo de pinchar ese globo publicitario inflado con tantas ganas en la vecina orilla, recordemos que en el planeta, a la fecha, funcionan más de 400 museos de los niños, casi todos vinculados con centros comerciales y de recreación.

Los únicos privilegiados...

Uno de los emprendimientos verdaderamente pioneros en la materia, fue la República de los Niños, construida en 1949, durante el primer gobierno justicialista. Ocupa 92 hectáreas (920.000 metros cuadrados) que alguna vez pertenecieron al Swift Golf Club, en la localidad de Gonnet, provincia de Buenos Aires.

La República de los Niños tiene 50 edificios construidos casi todos a escala infantil, con un gran lago, islas y cinco kilómetros de rieles para que circulen trencitos.

El edificio del Banco, en esa mini ciudad, es una réplica en escala del Palacio Ducal de Venecia. El Museo del Muñeco es una réplica del Taj Mahal de la India. La capilla tiene arquitectura gótica, lo mismo que el Palacio de Justicia.

Sin duda los ingenieros civiles Lima, Cuenca y Gallo, encargados de dirigir esa obra que inauguró el Presidente de la Nación, en noviembre de 1951, sabían lo que hacían.

Pero mentiríamos si dijéramos que la República de los Niños con más de medio siglo a cuestas, mantiene el espíritu fundacional. Hoy es apenas un parque de diversiones, con juegos mecánicos y electrónicos, donde es posible pasear por las ruinas de una República que alguna vez (allí está la prueba) existió.

Ciudadanitos y consumidores

Otro antecedente importante es el complejo Urbania-Museo de los Niños que funciona en el Shopping Abasto, Buenos Aires. Fue diseñado por Gustavo y Marcela Nielsen, a fines de los ’90 y ocupa una superficie de 3.500 metros cuadrados (500 más que el proyectado en Uruguay), distribuidos en tres niveles.

Para Mariana Elsztain (primera directora) y para la arquitecta Marcela Grinberg, Urbania “apunta a brindar un espacio de reflexión, entretenimiento y aprendizaje no formal sobre la vida urbana, del cual el Abasto es un icono muy representativo..."

En 2007, transcurrido poco tiempo desde su inauguración, Urbania languidece frente al espacio de diversiones y entretenimientos llamado “Neverland”, que funciona en una planta alta del shopping.

Neverland (apropiación comercial de aquel literario País de Nunca Jamás en donde vivía Peter Pan) es sencillamente un casino, un casino para niños, preparado para gastar dinero y brindar un fugaz instante de alegría y diversión.

Lo cierto es que Neverland crece, y que el Museo de los Niños languidece.

En cambio, el Shopping de los Niños, éste que va a inaugurarse pronto en Montevideo, será un proyecto exitoso. Se llenará de niños pudientes y de padres pudientes, lo sabemos, que irán a gastar en sus artículos, en sus servicios y sus juegos, cada fin de semana.

¿Habrá mendigos en el Shopping de los Niños? Qué pregunta de mal gusto.

Habrá empleados capacitados, nos respondemos, imbuidos de “Responsabilidad Social Corporativa”, capaces de derivar a cualquier “menor en riesgo” hacia “instituciones de contención”...

Moralejas de Neverland

Hoy, en la República de los Niños, pueden visitarse las ruinas de una República que verdaderamente existió.

Y en Urbania, chicos y grandes pueden advertir cómo avanza, incontenible, el país de los no-lugares, el país de los no-niños, el país de nunca jamás.

El Shopping de los Niños sí es una empresa viable. Allí no habrá sueños igualitarios ni proyectos pedagógicos ni molestas interferencias.

Sólo se trata de comprar. De comprar para ser. De comprar, a secas.

Oscar Taffetani
(publicado en http://www.pelotadetrapo.org.ar/)